Hay quienes desconfían de ti, Desconocido
y te miran el alma con pupilas de piedra.
Hay quienes imaginan que no eres de su raza
sino de la del odio y la blasfemia.
Sólo los que te palpan con la hoja del amor
comprenden tu honradez sonámbula de bestia.
Sólo los que despiertan desde antes de nacer,
saben que entre tus ojos madura la inocencia.
Que te rompes al simple contacto del abrazo
a pesar de tus ropas extranjeras.
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